domingo, 19 de octubre de 2008

ENTRE PESPUNTES, CHAPINES, SAYAS Y JUBONES: APUNTES PARA LA HISTORIA DE LA VESTIMENTA EN AREQUIPA


ENTRE PESPUNTES, CHAPINES, SAYAS Y JUBONES: APUNTES PARA LA HISTORIA DE LA VESTIMENTA EN AREQUIPA[1]
Edgar Chalco Pacheco[2]
Interesarse por temas de investigación en Historia, como, las comidas, bebidas, vestimenta, olores, perfumes y demás actividades de la vida cotidiana de los habitantes de una ciudad, es ingresar al mundo de las subjetividades colectivas, los inconscientes, las mentalidades.
En este caso la vestimenta de la población arequipeña, estaba muy bien diferenciada, de acuerdo al estrato social al que pertenecía su gente, o eran blancos, indígenas o negros
Las fuentes de estudio son muy limitadas para estos años tempranos después de la fundación de la ciudad, la información comprende, contratos de compra venta y mercaderías que llegaban de España, disposiciones emitidas por el Cabildo de la época, que detallaremos a continuación.
El documento, trata de los aranceles dictaminados por el Cabildo de Arequipa, para el buen funcionamiento de la labor que realizan los Artesanos en esta ciudad y no existan excesos en los cobros y manera de trabajar sus obras, que vendría a ser en beneficio de la población.
Si se hacen comparaciones, para 1551 hay una importante baja en los precios, esto se debe a que en los primeros años hasta 1548 se tenía el problema político militar de la Rebelión de Gonzalo Pizarro y la escasez de la materia prima hizo que los precios se elevaran.
1549
“En la ciudad de Arequipa a cinco días del mes de julio de mil e quinientos e cuarenta e nueve años, el muy magnífico señor Licenciado Cerda Justicia mayor en esta ciudad de Arequipa por su magestad y el Capitán Juan Pérez de Vergara y Martín López alcaldes ordinarios por su magestad y el Factor Diego de Mercado Regidores y estando juntos en su ayuntamiento e Cabildo segund que lo an de uso e de costumbre para hacer y ordenar las cosas convenientes e necesarias al servisio de Dios e de su majestad e bien e provecho común desta ciudad e vecinos e moradores della por ante mi Gaspar Hernández escribano de sus magestades público e del Cabildo della hicieron e hordenaron e mandaron lo siguiente:
E luego sus mercedes dixeron que por cuanto son ynformados e es público e notorio que los oficiales que hay en esta ciudad de sastres e calceteros e zapateros e herreros e carpinteros e sederos e herradores llevan en sus oficios muy excesivos precios de las obras que hacen en tal manera que vale tanto la hechura y más que el principal e muchas personas por temor de las hechuras ecesivas que llevan los tales oficiales, dejan de hacer lo que les convienen e tienen necesydad. E por que a ellos como Cabildo e tienen a cargo la gobernación desta ciudad e sustentación della e de lo moderar e tasar, de manera que todos se sustenten e ayan los oficiales sus justos precios de las obras que hicieren. Dixeron que acordaban e acordaron e mandavan e mandaron que por un año cumplido primero siguiente todos los oficiales tengan los aranceles que sean declarados e lleven por hechura de las obras que hicieren los pesos de oro e quantía en ellos contenida e no lleven más so pena de cien pesos de oro la mytad para la cámara de su magestad e la otra mytad para obras públicas desde ciudad. Lo cual dixeron que hacían e hicieron ordenavan e ordenaron atento las grandes carestías de mantenimientos que en esta ciudad/a hay causadas por las alteraciones subcedidas en estos reynos con protestación de cumplido el dicho año de tornar e que tornarán aver los dichos aranceles e los tratarán e moderarán conforme al tiempo el tenor de los cuales dichos aranceles uno en pos de otros dixeron que los ordenaban en la manera siguiente e lo firmaron de sus nombres, digo que lo firmaron adelante[3].

ARANCEL DE SASTRES Y CALCETEROS
Primeramente por un sayo llano e una capa repulgado VII pº 4 tº
Ytem por un capote o turca llano repulgado III pº
Una chamarra de terciopelo llana cuatros pesos III pº
Por un capote con una faja que lleve seis pespuntes IX pº
Por un losete de paño llano II pº 4 tº
Por una capa que lleve lo mismo que el capote de arriba IX pº
Ytem por una capa llana con fajas por dentro zincelada e picadas IIII pº 4 tº
Por un sayo de un niño llano II pº
Por una saya de paño llana con una faja y mangas corpezuelos VIII pº
Por una saya llana III pº
Ytem por una capa de paño con una faja por de fuera e por dentro con seis pespuntes XXII pº 4 tº
Ytem si una saya llevare más de una faja, lleve por las demás con respecto de a dos cuatro tomines. II pº 4 tº
Por un manto llano con un ribete de terciopelo III pº
Ytem por un manto llano II pº
y si llevare el tal manto faja, lleve tres pesos más III pº
Por un manto de raso o tafetán V pº
Por una saboyana llana VI pº
Por una basquina de cualquier seda llana cinco pesos V pº
y si llevare faja a peso e medio cada faja aunque lleve cejas I pº
Por un sayuelo de mujer III pº
Por una basquina de paño llana III pº
Y siendo con fajas lleve por cada faja a peso e medio I pº 4 tº
Por un verdugado de seda XX pº
Por un monzil llano IIII pº
Por una chamarrilla de terciopelo abierta con dos fajas E seys pespuntes nueve pesos IX pº

Por un jubón de raso llano entefado VI pº
Por un jubón de raso picado VI pº
Por un caparazón de paño llano IIII pº
Por hechura de un caparazón de la gilleta con su faja e pespuntes III pº
Por una chamarra de paño aforrada con terciopelo o tafetán abierta III pº
Por una capa con una faja por de dentro cortada e sencilada a cinco pesos V pº

ARANCEL DE CALCETEROS
Por una calza llana con sus cuchilladas medio alemana tres pesos III p°
Por unas calzas llanas con cuchilladas II p° VI t°
Por unas calzas medio alemanas aforradas con terciopelo o en razo llanas o picadas III p° 4 t°
Por unas calzas de terciopelo despuntadas con cinco golpes. Y por unas calzas de paño aforradas en terciopelo con razo las cuchilladas dellas o en tafetán agora sea con sus pespuntes o deshilados no lleven más. XII p° VIIIp°
Por unas medias calzas II p°

ARANCEL DE SEDEROS
Por cada ojal que hiciere en cualquier sayo o jubón o ropa, lleve por la docena dellos un peso, y poniendo botones lleve dos pesos I p° II p°
De aforrar un sombrero de hombre grande dándole la seda para que lo aforre, por aforrarle y hacerle su cairel y cordón cuatro pesos IIII p°
Por cada Alamar grueso macho y hombre tres tomines III p°
Para guarnecer unos escribanos hechándole sus cordones de seda e botones poniéndolo todo I p° 4 t°

ARANCEL DE ZAPATEROS
De hechura de una cuera picada, trayendo el cuero III p°
De hechura de unas botas picadas trayendo el cuero III p° 4 t°
De hechura de unas botas de corchetas trayendo cuero terciopelo e corchetes cuatro pesos IIII p°
De hechura de unos zapatos de terciopelo trayendo el terciopelo I p° 6 t°
De hechura de unas botas llanas trayendo el cuero II p° 4 t°
De hechura de unos borceguíes peso e tres tomines I p° 3 t°
De unos botines de terciopelo de mujer un peso tres tomines I p° 3 t°
De hechura de unos pantufos de terciopelo trayéndolo II p° 3 t°
De hechura de una cuera llana dos pesos e medio II p° 4 t°
De hechura de unas botas de niño picadas peso e medio I p° 4 t°
De unos zapatos de muchacho hasta cinco puntos de cuero o terciopelo dándolo seys tomines 6 t°
Ytem desangostar unos borceguíes prescaceño un peso I p°
De hechura de una cuera de muchacho picado, dos pesos e medio II pº 4 tº
De armar unos chapines trayéndose terciopelo o paño dos pesos e ducado II pº VI tº
De unos zapatos tapetados o blancos peso e medio I pº 4 tº
De unas botas de corchetes con su terciopelo que lleve una tercia nueve pesos IX pº
De unas botas picadas cinco pesos V pº
Unos botinejos de cuero peso e dos tomines Ipº 2 tº
De unos zapatos de muchacho de hasta siete puntos peso e tomin I pº 1 tº
De unos botines de terciopelo tres pesos III pº
De unos zapatos de terciopelo tres pesos III pº
De una cuera acuchillada nueve pesos IX pº
De una cuera llana siete pesos VII pº
De unas botas de muchacho picadas hasta siete puntos III pº
De una cuera de muchacho picada cinco pesos V pº
De unos pantrufos de cuero dos pesos e medio II pº 4 tº
De unos pantrufos de terciopelo cuatro pesos IIII pº
De hechar unas zuelas a unos borseguíes y coselos I pº 2 tº
De dos pares de zuelas de unos borseguíes tres pesos III pº
De unos borseguíes tres pesos III pº
Por hechar unas lenguetas a unos borseguíes seis tomines V tº
Por unos chapines de cuero trayendo los corchos III pº

Los cuales dichos aranceles sus mercedes mandaron que los oficiales reciban e guarden e cumplan e tengan puestos en lugar público so pena de treinta pesos, las dos tercias partes, juez e cámara e la otra tercia pa el denunciador hasta que otra cosa se provea e mande e lo firmaron de sus nombres. Lic. Cuellar, Myn Lopez, Juan de la Torre, Pº Godínez.

1551
En la ciudad de Arequipa a primero día del mes de junio año del nacimiento de nuestro señor e salvador Jesucristo de mil e quinientos e cincuenta y un años los muy magníficos señores justicia e regimiento desta ciudad conviene a saber el señor Capt. Alonso de Cáceres Corregidor e Pedro Godínes Alcalde a García Manuel de Carbajal alcaldes e Alonso de Luque e Hernándo de Rivera e Juan de la Torre regidores se juntaron en su Cabildo e Ayuntamiento como lo tienen de uso e costumbre para hacer e ordenar e proveer lo que conviene al servicio de Dios e de su majestad e bien de la República por presencia de my el Escriuº de Cabº hicieron mandaron lo siguiente.
E luego en el dicho Cabildo fue presentada una petición por Diego de Herrera en nombre de Baltazar Luz al pie de la que se proveyó e respondió.
E luego en el dicho Cabildo sus mercedes trataron que por cuanto en esta ciudad los Oficiales sastres calceteros zapateros espaderos e otros de oficios mecánicos lleven por la obras que hacen Ecesivos precios en tanta manera que vale más lo que llevan de hechuras, que el principal, de que es gran daño a la república e noblecimiento Della, e por que no embargue se les a dado Aranceles de lo que han de llevar por lo que en sus oficios hicieron en alguna manera están escibidos los precios porque al tiempo que se hicieron valía una hanega de trigo diez e seys pesos e la del mayz otro tanto, e las mercaderías e demás bastimentos A ecesivos precios E agora al presente valen a muy bajos precios, e el alquyler de las casas asy mysmo muy moderados E conviene proveer en ello de manera que los oficiales ganen justamente de comer, y las tales personas e las tales personas les paguen lo moderado que merecieren por sus obras que hicieren en sus oficios por tanto que ello e como buenos republicanos hordenanban e hacían e tasaban los aranceles siguientes[4]:

ZAPATEROS
Primeramente de hechura de una cuera picada trayendo el cuero tres pesos III pº
De hechura de unas botas picadas trayendo el cuero dos pesos y medio II pº 4 tº
De hechura de unas botas de corchetes dando cuero e terciopelo o corchetes III pº
De hechura de unos zapatos de terciopelo dando el terciopelo I pº II tº
De hechura de unas botas llanas trayendo el cuero dos pesos e medio II pº 4 tº
De hechura de unos borseguíes un peso I pº
De hechura de unos pantuflos de terciopelo dándolo dos pesos II pº
De hechura de una cuera llana dos pesos II pº
De hechura de unas botas picadas de niño I pº 4 tº
De unos zapatos de cuero o terciopelo pa muchacho hasta cinco puntos dándole terciopelo o cuero 4 tº
Desangostar unos borceguíes de pies e caña seis tomines VI tº
De hechura de una cuera de muchacho picada dos pesos II pº
De armar unos chapines trayendo el terciopelo o paño dos pesos II pº
De unos zapatos tapetados un peso cuatro tomines I pº 4 tº
De unas botas de corchetes con un terciopelo que lleve una tercia poniéndolo el oficial siete pesos VII pº
De unas botas picadas cuatro pesos IIII pº
De unos botinejos de cuero un peso I pº
De unos zapatos de muchacho que tenga syete puntos seys tomynes VI tº
De unos botines de terciopelo dos pesos II pº
De una cuera acuchillada siete pesos VII pº
De una cuera llana cinco pesos V pº
De unas botas de muchacho picadas de siete puntos dos pesos e medio II pº 4 tº
De una cuera de muchacho picada cuatro pesos IIII pº
De unos pantufos de cuero II pº
De unos pantufos de terciopelo tres pesos e medio III pº 4 tº
De hechar unas zuelas a unos borseguíes o coserlos un peso I pº
De dos pares de zuelas a unos borseguíes II pº II tº
Por hechar unas lenguetas a unos borseguíes cuatro tomynes 4 tº
De unos chapines de cuero poniendo los corchos dos pesos II pº

SASTRES
Primeramente por un sayo llano E una capa repulgada cuatro pesos cuatro tomines IIII pº 4 tº
Por un capote turco llano repulgado tres pesos III pº
Por una chamarra de tercio pelo llano en aforrada cuatro pesos IIII pº
Por un capote con una faja que lleve seys pespuntes seys pesos VI pº
Por un cosete de paño llano dos pesos II pº
Por una capa que lleve la faja del capote dicho seys pesos VI pº
Por una capa llana con fajas por dentro sincelada o picada cuatro pesos IIII pº
Por un sayo llano de nyño un peso e medio I pº 4 tº
Por una saya de paño llana con una faja e mangas e corpezuelo seys pesos VI pº
Por una saya llana cuatro pesos IIII pº
Por una capa de paño con una faja por de fuera picada o no o por de dentro con seys pespuntes seys pesos VI pº
Por una saya si llevare más de una faja, lleve por las demás a respecto de peso e medio I pº 4 tº
Por un manto llano con un ribete de tercio pelo valenciano tres pesos III pº
Por un manto llano peso e medio I pº 4 tº
Si el manto llevare faja tres pesos III pº
Por un manto de raso o tafetán cuatro pesos IIII pº
Por una saboyana llana cuatro pesos e medio IIII pº 4 tº
Por una vasquyna de cualquier seda llana tres pesos e medio III pº 4 tº
Y si la vasquyna llevare faja aunque sea de tercio pelo un peso I pº
Por un sayuelo de mujer dos pesos II pº
Por una vasquyna de paño llana dos pesos II pº
E llevando faja un peso por cada faja I pº
Por un verdugado de seda doce pesos XII pº
Por un mongil llano tres pesos III pº
Por una chamarra de terciopelo abierta con dos fajas e seys pespuntes seys pesos VI pº
Por un jubón de raso llano estofado tres pesos III pº
Por un jubón de raso picado pespuntado siete pesos VII pº
Por un caparazón de paño llano tres pesos III pº
Por un caparazón de la gineta con sus fajas e pespuntes seys pesos VI pº
Por una chamarra de paño aforrada en terciopelo o tafetán abierta tres pesos III pº
Por una capa con una faja por de dentro cortada e sincelada cuatro pesos IIII pº

CALCETEROS
Primeramente de unas calzas llanas con sus cuchilladas medio alemanas dos pesos e medio II pº
4 tº
Por unas calzas llanas dos pesos II pº
Por unas calzas medio alemanas aforradas en terciopelo o en raso llanas o picadas tres pesos e medio IIII pº 4 tº
Por unas calzas de terciopelo pespuntadas con cinco golpes ocho pesos VIII pº
Por unas calzas de paño aforradas en terciopelo o en raso o en tafetán las cuchilladas dellas agora sean con pespuntes o deshiladas seys pesos VI pº
Por medias calzas de paño seys tomines VI tº

E así hecho los dichos aranceles por sus mercedes dixeron que los aprovaban y mandavan y mandaron que los dichos oficiales los guarden y cumplan y no lleven más precios de lo en ellos contenidos so pena de cincuenta pesos de oro para la camara de su majestad la mytad y la otra para obras públicas y denunciador y so la dicha pena que tengan el dicho arancel puesto en una tabla y en parte y lugar baja y clara que se vea y se pueda leer y ansy mismo, que dentro de tercero día después que fuere pregonado que vengan a recibir los aranceles so la dicha pena e ansy lo mandaron proveyeron e ordenaron y lo firmaron de sus nombres.
Alº de Cáceres, Pº Godínez, Alº de Luque, Garcí Manuel de Carvajal, Juº de la Torre, paso ante mi Gaspar Hernandez, Escriuº de Cabº.
Indígena arequipeña
EVITE EL PLAGIO
CITAR LA FUENTE:
[1] Publicado EN: Revista SOCIALES Nº16 Fac. De Ciencias Hist. Sociales, UNSA. Arequipa, Perú. Nov. 2007 pp 51-58
[2] Profesor Principal de la Escuela Profesional de Historia. Actual Jefe del Departamento Académico de Historia Geografía y Antropología de la de la Universidad Nacional de San Agustín, Arequipa, Perú. chalcopacheco@yahoo.com.mx
[3] Archivo Municipal de Arequipa. Libro de Actas de Cabildo Nº01, 1546-1556, Folios 75v al 78v.
[4] Archivo Municipal de Arequipa. Libro de Actas de Cabildo Nº01, 1546-1556, Folios 155v al 157v.

sábado, 18 de octubre de 2008

GANARLE TIEMPO AL TIEMPO: ALEJANDRO MALAGA MEDINA


GANARLE TIEMPO AL TIEMPO[1] :ALEJANDRO MALAGA MEDINA
Edgar Chalco Pacheco[2]
1.- DIARIO CAMINAR.
Cada mañana muy temprano se dirigía de su casa en la Av. Venezuela hacia el Archivo Arzobispal, para llegar antes de las 8.00 am. y no presentarse tarde, fue una de los “hobbys” del Dr. Alejandro Málaga Medina, y siempre lo hacía a pie, con un caminar a diario, con su cuerpo delgado y de paso muy menudito, apresurado, como ganándole tiempo al tiempo, ganándole tiempo a la vida que se le estaba acabando. Y tenía que cumplir muchos trabajos y proyectos de historia, encaminados.
Para los que tuvieron la oportunidad de conocerlo, y realizar trabajos de investigación de forma conjunta, siempre queda en la memoria aspectos importantes de su vida, y Alejandro Málaga Medina marcó un periodo importante en la historiografía Arequipeña.
Conocí al Dr. Alejandro Málaga Medina, cuando fue mi profesor del curso de Paleografía de la Universidad Nacional de San Agustín el año 1984, povco a poco me fui acercando al quehacer del historiador, dentro de la investigación. Para el año 1991, participamos conjuntamente en la Organización del Archivo de Gerencia del Seguro Social del Perú Región Arequipa IPSS. En 1994 en la Organización y liquidación de los archivos de la Empresa Regional de TRanspoprte Urbano de Arequipa ex ENATRU.
El año de 1992, se realizó el I Seminario de Historia y Turismo Regional, organizado por el Centro de Estudios Históricos Arequipa, y la Escuela de Historia de la UNSA. donde Alejandro Málaga Medina, fue expositor, sobre un Tema a cerca de la Arquitectura arequipeña. En el mes de Octubre del mismo año con Motivo de los 500 años de la llegad de los Europeos al Nuevo Continente, Participó también con una Conferencia magistral sobre la llegada de los españoles a estos valles de Arequipa.
El discurso de orden por el aniversario de la ciudad de Arequipa en 1995, Alejandro Málaga, entre otros datos, mencionaba “que debería borrarse de los libros de Historia, que alguna vez Mayta Cápac haya fundado Arequipa, que el Inca mencionado nunca llegó a estos valles”.
La presentación de la Revista “Archivo Arzobispal” Nº1, fue apoteósica, muy emocionante, el Dr. Alejandro Málaga, demostró su capacidad de convocatoria y estuvieron presentes muchas autoridades renombradas de la Ciudad, como: el Arzobispo de Arequipa Monseñor Fernando Ruiz de Somocursio, el Prefecto de Arequipa, José Zuzunaga, el Rector de la Universidad San Agustín, Dr. Juan Manuel Guillén Benavides, El Cónsul de Chile en la Ciudad, El Cónsul de Bolivia, Profesores de la UNSA. entre otros de importancia, y los medios de Comunicación.
Como Director del Archivo Arzobispal, supo conducir de manera excepcional, las relaciones que mantuvo con profesionales de la Capital y de otros países era muy fluida, Gran parte de visitantes intelectuales del quehacer con las ciencias sociales, visitaron el Archivo, tuve la oportunidad de conocer a investigadores como: Joseph Barnadas de Bolivia, Cristina Esteras de España, Ramón Gutiérrez de Argentina, Teresa Cañedo Arguelles de España, John Fisher de Inglaterra, Bernard La Valle de Francia, José Antonio Benito de España, Neils Jacobsen de EE.UU. Sarah Chambers de EE.UU. entre otros. Y gran parte de los historiadores de la PUCP, San Marcos, y Universidades del país
A fines del año 1992 y hasta mediados del año 1993, participamos en la trascripción paleográfica del Libro de Actas de Cabildo Nº1, que corresponde a 1546-1556, donde el Dr. Alejandro Málaga se empeñó en realizar todo un proyecto de trascripción de todos los libros de Cabildo Civil de Arequipa, y la publicación de los mismos. Trabajo que se vio truncado con su repentina desaparición.
Las reuniones que tuvimos, para conmemorar el Centenario del nacimiento del Deán Juan Gualberto Valdivia, estuvo presente el Dr. Alejandro Málaga presidiendo la Comisión, apoyado por EL Decano y comisión de profesores de la Facultad de Ciencias Histórico Sociales de la UNSA. Ya era diciembre del año 1995 fue una de las últimas acciones que se lo vio públicamente.

2.- LA DESPEDIDA
La despedida no sólo es material, como caminar hasta el último día de su existencia, estar vigilando las comisiones de investigación y proyectos de conmemoración sobre el Deán Valdivia, etc. Sino, también es espiritual, los sentimientos, el dolor, las sensibilidades.
Las tradiciones arequipeñas, cuentan que las personas antes de su fallecimiento dejan ciertas sensaciones, al otro ser, que dan la apariencia de una despedida, Algunos dirán están “borrando sus rastros”, Y es que viene de las creencias ancestrales, donde “el rastro”, es el alma y su caminar con el ser vivo en este mundo y los lugares que recorrió.
Cuando una persona al momento de tomar sus alimentos, sin darse cuenta ¿cómo lo hizo?, llega a morderse la lengua o alguna parte interna de la boca, también anuncia la muerte, como si a poquitos se estuviera comiendo las carnes, la vida de otra persona.[3]
La presencia extraña de otro ser. Se cuenta por el común de la gente que las personas en su lecho de muerte antes de expirar, su alma, su espíritu recorre todos los sitios por donde anduvo en vida entonces “el alma borra sus rastros" inclusive llega manifestarse en una forma material despidiéndose de las personas que aprecia, o de aquellos a quien hizo mucho daño o maldad, esos no pueden morir, sufren.[4]
Esa manifestación, representada, es una sensación de roce con la piel o tocar al otro, es como si alguien nos vigilara, nos observara y que a través de extraños movimientos nos dijera algo malo que va ha ocurrir. El roce de la piel ocurre cuando son familiares directos de primer grado.
El tránsito de medio adormitados nos permite percibir, sentir claramente el fenómeno de la otra persona o ser extraño, como si verdaderamente estuviéramos despiertos, sentimos claramente, un beso, la mano, los pies, tocar la cabeza, como una expresión de despedida, tan igual que como lo hiciera una persona estando despierta.
La habitación.- en ella puede ocurrir muchas cosas, hay veces que en la habitación continua se sienten pisadas o ronquidos o voces, entonces la persona que escucha esto pregunta quien esta ahí, pero nadie contesta y cuando se va al sitio, no se encuentra nada, recién nos causa la sensación de miedo, de temor. Hay casos en que se siente como si estuvieran personas que se sacuden se visten y se van, pero no hay nadie, hay casos en que si uno está durmiendo sentado con los pies estirados, se llega a percibir que otra persona está pasando por encima de los pies del que esta sentado y cuando despierta todo es silencio.
La puerta, son los casos muy comunes de las personas que se despiden, se siente un portazo en un cuarto de la casa cuando se registra el sitio creyendo que entró alguien no se encuentra nada, mayor es nuestra sorpresa si recordamos que dejamos la puerta cerrada y cerrojo, es muestra de que la muerte ronda por esos lugares.
Cierto día en el Archivo Arzobispal, por la nuche entre las 19 y 20 horas antes de la hora de salida, nos ocurrió algo extraño, a tres personas que estuvimos, la secretaría, un investigador y quien habla, logramos sentir y ver la silueta de una persona que rápidamente ingresaba a los Servicios Higiénicos, y nos preguntamos si vieron entrar alguien a los SS. HH. Y todos dijimos que sí, y nos volvimos a preguntar, pero ¿quién? Si sólo estamos nosotros, y nos quedamos en silencio pensando, luego comentamos posiblemente alguien vaya a morir”. Fue días antes del fallecimiento del Dr. Málaga. Y vivimos muchos otros casos similares en esos ambientes tan lúgubres y frígidos que son el Archivo Arzobispal, dentro de la Catedral de Arequipa. Es bueno recordar que en los atrios y patios detrás de las Iglesias y Catedrales Coloniales, fueron cementerios en épocas pasadas.
Las imágenes.- siluetas, lo más común es ver sombras en el piso o los rincones de los cuartos, a medio oscurecer, pero cuando se enciende la luz, no hay nada.
Una leyenda oriental registra a cerca de estas imágenes donde “Un criado le dice a su amo, dame un caballo para huir al pueblo más cercano, porque en el mercado me encontré con la muerte y me miró amenazante. Así lo hace el amo le da un caballo y el criado huye. Pero luego el amo va al mercado en busca de la muerte y cuando la encuentra le dice ¿porqué miraste amenazante a mi criado? Y la muerte le dice, yo no lo miré amenazante, lo miré con sorpresa porque tengo una cita con él en el próximo pueblo dentro de media hora”.[5]
La silueta de una persona, con hábito de padre franciscano apareció cierta vez en el patio de una casa antigua, pero luego desapareció, “lo ocurrido fue que una vecina de la casa había fallecido ese día y no estábamos enterados”, según lo cuenta don Ángel Espinoza, en la conversación.[6]

3.- EL SEPELIO
Ocurrido el fallecimiento del Dr. Alejandro Málaga Medina, fue un noticia que conmovió a un buen número de pobladores de la ciudad de Arequipa, el velatorio se realizó en el Paraninfo Arequipa, de la Universidad Nacional de San Agustín, de donde sus restos los condujeron a la Catedral para la misa de cuerpo presente en la mañana, el doblar de las campanas acompañaban al paso lento de quienes conducían la féretro, en la Catedral se encendió la lámpara gigantesca, (Araña), que solamente ocurre para personajes importantes de la ciudad, la misa la celebró Monseñor Fernando Ruiz de Somocursio, con la presencia del Prefecto y autoridades de la ciudad, ya para el medio día los restos lo llevaron para el Cementerio Jardín de Arequipa, la fila de ómnibus de la Universidad, los carros particulares, era interminable.
En el Cementerio se dieron discursos fúnebres de despedida a tan insigne personaje, entre uno de ellos fue el del Dr. Manuel Zeballos Vera, ex Rector de la Casa Agustina, haciendo una remembranza de los momentos que trabajaron juntos, y la gran pérdida que significa para nosotros.
Los restos de Alejandro Málaga fueron depositados en un nicho de los pabellones, del Cementerio “Jardín de Arequipa.
El año 1999, por el día del Aniversario de la Escuela de Historia de la UNSA. Conjuntamente con los alumnos se hizo una romería al cementerio recordando a tan ilustre maestro agustino.
En el Museo Municipal de Arequipa, en ceremonia especial, ya fue incorporada la imagen de Alejandro Málaga Medina, en la galería de Arequipeños Ilustres.
Los Ángeles
Para la Iglesia católica los Ángeles son los espíritus grandiosos, son Estos Ángeles guardianes, según creencias católicas van luchando entre el bien y el mal guiando nuestras almas a una purificación para alcanzarla gloria de Dios. Aún después de muertos se apiadan de nuestras almas, guardando vigilia sobre nuestras tumbas, como se puede apreciar en el cementerio de la Apacheta de Arequipa, cuyas expresiones corresponden a un imaginario colectivo, propio del siglo XIX cuando se fundó el cementerio hasta mediados del siglo XX. Aquella lucha constante entre Ángeles y demonios, entre el bien y el mal, que van rondando nuestras mentes, donde esa dualidad, esa dialéctica entre verdad y mentira, entre la ofensa y la disculpa, entre lo bueno y lo malo, entre la miseria y la bondad, permite que existamos como seres humanos. Estos ángeles, que coronaban en una parte elevada de las tumbas, pareciera que están haciendo guardia al alma del difunto, comunicando el cuerpo terrenal con Dios en el cielo, es un ángel intermediario que eleva el alma del hijo hacia el todo poderoso.
Queda como reflexión, al decir, la opulencia no sirve de mucho, todo tiene un final, se pierde el poder, se pierde hasta la propia vida, los seres humanos no somos eternos, el tiempo se nos va, la vida se agota y se acaba. El paso de nuestras vidas por este mundo es tan efímero, son pocos los años que un ser humano tiene por este transcurrir de la vida, que cuando estamos en las postrimerías de nuestra existencia nos preguntamos, ¿habremos hechos lo necesario como para haber merecido pasar por este mundo? No sabemos porqué ni de dónde nos arrancan y nos traen a este mundo, a donde nunca nos consultaron si quisimos venir, después de nuestra corta estadía nos vamos a ese lugar de donde nos trajeron, donde el tiempo es infinito y tan viejo como la existencia del universo.
EVITE EL PLAGIO, CITAR LA FUENTE:
[1] Publicado EN: AGUSTINO, Nueva Época Nº38 de la Oficina de Personal UNSA. Agosto 2006 pp 07-09, como homenaje al desaparecido historiador Alejandro Málaga Medina, en diciembre de 1995.
[2] Magíster en Estudios Andinos, Profesor Principal de Escuela Profesional de Historia. Actual Jefe del Departamento Académico de Historia Geografía y Antropología de la Universidad Nacional de San Agustín
[3] Chura Gallegos, Eufenia, Conversación a la hora del almuerzo día del entierro de huesos, Cayma diciembre de .1999
El contenido ha sido tomado en parte, del trabajo de Tesis de Maestría de Chalco Pacheco Genaro Edgar, Continuidad Cultural y Ritualismo en la Mentalidad Andina, sobre el Culto a los Muertos: La Celebración de Todo Santos en la Ciudad de Arequipa. UNSA. 2005
[4] Salazar B. Saturnino, Conversación durante el velorio de los huesos, Cayma diciembre del año 2000
[5] Mauricio Huenchuelaf, EN: “El Mirador: La Muerte. Entrevista para video Ediciones, Infinito, Bs. As. 1997
[6] Espinoza Muñoz, Ángel, Conversación después del Entierro de huesos, Cayma, dic.1998
IMAGENES:
1 Lienzo Imagen de Alejandro Málaga Medina, Museo Municipal de Arequipa,  Galería de Arequipeños Ilustres, Plaza San Francisco.
2 Foto Ángeles de el Cementerio de La Apacheta, Arequipa.
3 Foto del ingreso al cementerio Jardín de Arequipa, Vía de evitamiento.


viernes, 17 de octubre de 2008

CIUDAD DE BLANCOS, OLORES RANCIOS EN AREQUIPA DEL SIGLO XVI



CIUDAD DE BLANCOS, OLORES RANCIOS EN AREQUIPA DEL SIGLO XVI[1]
Edgar Chalco Pacheco[2]
En historia se pueden hacer investigaciones de diversa naturaleza, temas variados, impensables, que sólo amerita de la motivación, la variedad de fuentes necesarias, la crítica y de la explicación lógica.[3]
Los olores en toda sociedad y en todos los tiempos, siempre estuvieron ahí, siempre marcharon con la humanidad en el proceso histórico. El tema puede provocar diversas reacciones en los lectores, no somos innovadores pero tampoco queremos ser un fiasco, en lo posible será ameno.
¿Cuáles son las ideas o los comportamientos o, cuáles son las conductas o los principios jurídicos o, morales, que no son recibidos, que no pueden ser recibidos (que no son permitidos), que son excluidos del sistema?. De esta manera empiezo a internarme en el tema de los olores en “esta tentativa de explicar fenómenos negativos al mismo tiempo que positivos”.[4]
La reconstrucción de las sensibilidades colectivas es un poco complicada en Historia, entender y explicar las reacciones de las personas en forma colectiva a los cambios olfativos, a las actitudes, a las conductas, frente al otro, frente a la rutina, frente al cambio es muy tedioso.
La ciudad de Arequipa fue creada para blancos (españoles y descendientes) ya que los indígenas vivían en las rancherías o fuera de la ciudad, y los negros en los valles costeños en su mayoría. Esta ciudad fue marcada por los olores que desprendían sus calles todo el periodo colonial hasta avanzado el siglo XIX.
OLOR A PAN, VIZCOCHOS Y PASTELES
En un pueblo pequeño, como Arequipa de esos tiempos, por las mañanas desde muy temprano antes que salga el sol, se sentía el olor a las primeras horneadas de pan, despertaban el olfato de los arequipeños y también el apetito de saborear el pan, bizcochos y pasteles.
Pero el pan debe estar bien preparado, amasado, sazonado, limpio, no crudo ni quemado. Ante la carestía de trigo, el precio del pan se incrementaba.[5]
Los reclamos de los consumidores se presentaban con relación a los pasteles, cuya elaboración debía ser bien higiénica con olor agradable. Sin embargo, las quejas al Cabildo manifiesta que “no se consienta que negras ni indias hagan pasteles, por que les hecha maíz y carne de la tierra (alpaca y llama) y otras cosas que no es justo concebirlas”,[6] debido al aroma desagradable que dejaba en los paladares de los blancos.
Las sanciones impuestas era, quitar el pan de las panaderías y repartirlo a los pobres y algunos vagabundos que eran recluidos en el hospital de pobres de San Juan de Dios en esta ciudad. Esta parte del tema es ingresar a ver los alimentos, la protección del individuo de la salud de los agentes infecciosos.[7]
OLOR A VINO Y BORRACHERAS
En la ciudad de Arequipa se vendía el vino a granel y en botijas en un establecimiento llamado Pulpería, que además vendía pasas, frutas secas, verduras y otros artículos de pan llevar.
Sin embargo se producen casos en que bebían el vino y aguardiente en ese establecimiento, a pesar que estaba prohibido, y más bien deberían hacerlo en las tabernas. Por ello cuando el Cabildo otorga licencia a Juan de Valencia, le quita la denominación anterior de pulpería y se convierta en taberna, y no se venda otra cosa.[8] Debido al gran malestar de la población que compraban otras cosas en las pulperías y el bochorno de los ebrios consumidores.
Los licores como el vino y aguardiente de uva (pisco), al ser bebido por los asiduos consumidores provocaban en ellos unas borracheras terribles. Destacamos un información del Valle de Vitor, donde “los domingos y fiestas, mucha cantidad de negros esclavos de las heredades en el dicho valle, hacen juntos de bayles (sic), borracheras, emplazándose para ello muchos días antes, y con las borracheras cometen muchos y diversos delitos, matándose, hiriéndose y descalabrándose unos a otros…”.[9]
El trinomio, maíz-chicha-borrachera, se enfrenta a la producción de trigo para blancos en este valle del Chili. Las disposiciones eran prohibir que se muela maíz y guiñapo en los molinos[10], y evitar que con la abundancia de maíz los indígenas hagan chicha para sus borracheras[11]. A pesar de la prohibición, cada año cuatro leguas a la redonda de la ciudad, se recogía cien mil fanegas de maíz y sólo cuatro mil de trigo, cuando mucho.[12]
OLOR A CARNE Y A SANGRE
La ciudad contaba con un matadero (camal) donde sacrificaban a los animales entre reces, ovinos, cerdos y otros animales para el consumo de la población, del establecimiento se arrojaba sus aguas malolientes en un charco inmenso en un costado del edificio.
Residuos de sangre fresca y putrefacta mezclada con estiércol del lavado de la menudencia, más el agua estancada, expuestos a la intemperie, fermentados con los rayos solares, llenos de moscas y mosquitos, causaban un olor nauseabundo, ante la queja de los vecinos que vivían cerca de la calle La Palma.
Por esta situación se decide cambiar de lugar el matadero hasta en dos oportunidades. Primero junto a la chacra de Hernando Pizarro.[13] En la segunda oportunidad se vende el matadero,[14] y se compra un terreno en la margen izquierda del río Chili “porque el que agora hay es en daño desta república, por estas se mandó buscar sitio donde no corre perjuicio con su mal olor…”.[15] Es decir alejado del centro de la ciudad.
Las carnes que se vendían en la ciudad deben ser frescas sin mal olor a podrido sin descomposición “el encargado Gaspar de Armenta se obliga la venta de la carne a cuatro arreldes por un peso, con que la carne que diese sea sin carache e buena”.[16]
Las representaciones sociales entre lo bueno y lo malo, entre lo agradable y lo repulsivo, no se puede decir que haya algo universal, sino, se ha hecho algo cultural la preferencia de los olores.[17]
OLOR A PODRIDO Y A ESTIERCOL
Las calles de la ciudad contaban con acequias que conducían el agua hacia los solares de los vecinos y también existía una acequia para los desperdicios. Evitar el mal olor nauseabundo a agua estancada, podrida, mezclada con residuos fecales y basura, era una labor muy tediosa para el Almotacén encargado de la limpieza, tomando medidas por orden del Cabildo para que “no se rompan las acequias e que no se hagan muladares ny se hechen en las calles las cocydades (sic) (heces) que ynfieren en el pueblo y que pene a las personas que lo hicieren…”.[18]
Las calles eran transitadas por personas con carretas y los animales, era común ver recuas y rebaños de caballos, mulos, ovejas, porcinos, etc. Pasaban por el centro de la ciudad haciendo una polvareda causando malestar a los vecinos, el estupor era mayor si en la calle quedaban desperdicios, estiércol de porcino, donde la sensación maloliente era insoportable en pleno sol de medio día.
Por esta situación se prohíbe que los señores que tienen sus “ganados vacunos, cabrunos e yeguas que traen puercos al qual es ganado dañoso… y de aquí adelante para siempre jamás, el ganado de puercos que no anden en partes que hagan daño a ninguna persona, lo puedan traer sólo la carne”.[19]
En lo posible se busca preservar la limpieza de las calles y la salud de los vecinos y pobladores de esta ciudad. Crear hábitos en el aseo, la defecación es decir normas de salubridad y costumbres higiénicas.[20]
OLOR A QUEMADO
Cuando los árboles del escaso bosque se talan, la mala hierba se quema, sobre todo por las tardes, y los humos de diferentes partes se dirigen sobre la ciudad y el medio se hace irrespirable, Muy a pesar de las prohibiciones del Cabildo para no cortar los árboles de la campiña.
En las noches se practicaba un tipo de alumbrado en las calles, se colocaban reverberos de barro con pedazos de tela y grasa (sebo) para ser prendidos con fuego hasta que se consuma. El malestar por el humo que causaba era insoportable por la población, a pesar de ello, pareciera que estuvieran acostumbrados a este ritual registrado en su inconsciente cultural.
La escasez de productos para el alumbrado eran vigilados, controlados por el cabildo sancionando “que de aquí adelante ninguna persona saque sebo de la ciudad de ovejas de la tierra ni de castilla, ni use de el candela, so pena de perdido el sebo y las candelas y cincuenta pesos aplicados…”[21].
Las candelas eran las velas para el alumbrado dentro de la casa y también para los altares de santos en las iglesias
OLORES QUE MATAN
En la Edad Media era costumbre hacer los enterramientos en los atrios de las iglesias, que eran espacios fúnebres muy marcados según los estratos sociales. Personas importantes escogían como sitio de sepultura al pie de su santo de devoción, Juan de la Torre[22] uno de los fundadores de la ciudad es enterrado en la Iglesia Mayor (hoy Catedral), Alonso de Luque[23] otro fundador y primer escribano es enterrado en la Iglesia de San Agustín al pie de San Ildefonso.
En cambio los que pedían exequias fúnebres por cruz alta, eran enterrados en el atrio de la Iglesia (ese pequeño patio entre la reja de ingreso y la puerta de la Iglesia). Los de cruz baja eran enterrados en la parte posterior de la Iglesia (era como un canchón pero esta dentro del espacio sagrado). Sin embargo, los que eran enterrados por caridad,[24] es decir los pobres, el que “no tiene donde caerse muerto”, eran sepultados en la parte posterior de la Iglesia fuera del canchón o espacio sagrado, porque se creía que su alma iba a penar en el purgatorio y no era seguro si llegaría al cielo.
Este espacio sagrado de la Iglesia en sus interiores, al momento de celebrarse las misas, los concurrentes sentían olores nauseabundos a carne putrefacta de los cadáveres sepultados en abundancia unos sobre otros durante muchos siglos, mezclados con olores a flores propios de los velorios, también mezclado con los humos de las candelas (velas de sebo), más los hedores rancios de las personas, es decir, era impresionante el sacrificio por la devoción en la creencia religiosa soportar como dos horas el ritual de la misa.
Años después a fines del siglo XVIII, las autoridades tienen un interés por los cementerios abiertos al público, por motivos higiénicos de salubridad. “Las discrepancias respecto a las inhumaciones dentro de las Iglesias se resumen en un problema sanitario, los templos antes del amanecer eran ventilados y aún así eran frecuentes las enfermedades contraídas por haber respirado las exhalaciones que se desprendían del suelo”.[25] En los tiempos modernos obligaban a establecer cementerios fuera del casco urbano de las ciudades.
Las enfermedades de la época causaban la muerte a las personas muy pronto, debido a la ausencia y descubrimiento de las medicinas. Sin embargo, se tomaban medidas de precaución, “por cuanto la pestilencia de viruelas y sarampión que ha llegado a esta ciudad tiene alarma y a parte de los vezinos y naturales de ella y su comarca caydos y enfermos y muertos, y por esta causa no había quien quién acudiese a recoger el trigo…”.[26] Años anteriores trajeron indígenas de la zona de Collaguas y Condesuyos para la reconstrucción de la ciudad después el terremoto de 1582, los tuvieron en cuarentena en las rancherías y en la pampa de Miraflores por más de un mes, antes de ingresar a la ciudad.
OLORES PERSONALES
Población que no estaba acostumbrada al aseo ni al baño diario, que convivía con sus hedores rancios propios de actividades agrícolas y de calles polvorientas como Arequipa. Era natural el miasma corporal y que para combatir estos olores utilizaban perfumes importados desde Francia, lugar especializado en estas fragancias artificiales, ocultado, enmascarando su naturalidad. En realidad esta parte del tema es muy apasionante que lo presentaremos en otra oportunidad.
VIGILAR Y CASTIGAR
Si bien el título corresponde a una obra de Michel Foucault[27], es una de las características del control en esta ciudad impuesta por las autoridades, a todos aquellos hechos, actos y situaciones que contravengan el normal funcionamiento de la ciudad.
Pero castigar por el solo hecho de sancionar a los infractores no era una de las preocupaciones del Cabildo, se tiene conocimiento de pocos sancionados sobre todo por los Fieles Ejecutores. Sin embargo, vigilar, era la característica más apropiada, para que no se cometan estos actos contra el orden establecido, la labor del Alguacil y sus tenientes era más importante en su carácter disuasivo, que una penalidad sin cambios de conducta.

EVITE EL PLAGIO, CITAR LA FUENTE:
[1] Publicado EN: Revista HISTORIA Nº7, (ISSN 2220-3826) de la Escuela Profesional de Historia UNSA. Arequipa, Perú. octubre 2004 pp.87-94
[2] Profesor de la Escuela Profesional de Historia de la UNSA.
[3] Le Goff Jacques, Pensar la Historia. Ed. Paidos, Barcelona, 1999
[4] Foucault Michel, Estética, Ética y Hermenéutica. Ed. Paidos, Barcelona, 1999. p.75
[5] AMA: LAC: 02:f.206v, Acuerdo de Cabildo de fecha 26 de junio de 1562
[6] AMA: LAC: 06:f.109, Acuerdo de Cabildo de fecha 18 de enero de 1591
[7] Certeau, Michel de “La Invención de lo Cotidiano” Vol.2 Ed. Iberoamericana México 1999 pp.168
[8] AMA: LAC: 007:f.271v Acuerdo de Cabildo de fecha 01 de febrero de 1578
Conf. Chalco Pacheco, Edgar, “Las Regidores Perpetuos de Arequipa” Tesis para optar el título de Licenciado en Historia. UNSA. Arequipa 1993 p.178
[9] AMA: LAC: 06:f.110v, Acuerdo de Cabildo de fecha 01de febrero de 1591
[10] AMA: LAC: 05:f.40v, Acuerdo de Cabildo de fecha 18 de enero de 1585
[11] AMA: LCED: 01:f.148, Cédula dada en Los Reyes de fecha 28 de mayo de 1586
[12] Loc. Cit.
[13] AMA: LAC: 02:f.100, Acuerdo de Cabildo de fecha 03 de marzo de 1559
[14] AMA: LAC: 03:f.204v Acuerdo de Cabildo de fecha 04 de febrero de 1574
[15] AMA: LAC: 03:f.205, Acuerdo de Cabildo de fecha 04 de marzo de 1574
[16] AMA: LAC: 01:f.81, Acuerdo de Cabildo de fecha 19 de setiembre de 1549
[17] Candau, Joel “Hay una uniformización del gusto a causa de la industrialización de los alimentos más comunes”. (Antropólogo especializado en Ciencias Sensoriales)
http://www.consumaseguridad.com/web/es/sociedad_y_consumo/2004/07/15/13399.php
[18] AMA: LAC: 01:f.109v Acuerdo de Cabildo de fecha 16 de abril de 1550
Conf. Chalco Pacheco, Edgar, “El Cabildo de Arequipa S-XVI” Tesis para optar el grado de Bachiller en Historia. UNSA. Arequipa 1991 p.52
[19] AMA: LAC: 01:f.191, Acuerdo de Cabildo de fecha 27 de mayo de 1552
Conf. Chalco Pacheco, Edgar, “Las Regidores Perpetuos de Arequipa” Tesis para optar el título de Licenciado en Historia. UNSA. Arequipa 1993 p.169
[20] Corbin, Alaín “El perfume o el miasma. El olfato y lo imaginario social”, Ed. FCE. México, 1987, pp.85
[21] AMA: LAC: 01:f.306v Acuerdo de Cabildo de fecha 13 de diciembre de 1555
[22] Chalco Pacheco, Edgar “Ángeles Piadosos en el Cementerio de la Apacheta”, Rev. Historia Nº5 UNSA. Arequipa 2002 pp.131
[23] Ibidem, pp132
[24] Ver: Libros de Defunciones del Archivo Arzobispal de Arequipa.
[25] León L. Marco A. Sepultura Sagrada, Tumba Profana. Edit. LOM, Santiago 1997 p.26-27
[26] AMA: LAC: 05:f.390v Acuerdo de Cabildo de fecha 26 de diciembre de 1589
[27] Michel Foucault “Vigilar y Castigar” Ed. Siglo XXI Madrid 1998

jueves, 16 de octubre de 2008

PEDRO BARROSO, PRIMER ALCALDE DE LOS VALLES PUEBLO Y VILLA DE AREQUIPA

PEDRO BARROSO, PRIMER ALCALDE DE LOS VALLES PUEBLO Y VILLA DE AREQUIPA[1]
Edgar Chalco Pacheco[2]
Transcurría el verano de 1989 cuando conversaba con don Guillermo Galdos Rodríguez a cerca del tema de mi tesis de Bachiller en Historia y hablábamos sobre la denominación de Arequipa en el Protocolo de Alonso de Luque, donde se menciona como pueblo, valle, villa, etc. en 1539 y 1540 antes de la fecha de fundación.
Creo importante indicar que Guillermo Galdos me enseñó Paleografía (1987) y despertó mi interés por estos documentos, al año siguiente durante el verano dictó el primer curso de Paleografía, siendo yo uno de sus alumnos conjuntamente con Alejandro Málaga N. Z. curso de éxito rotundo y al año siguiente vendrían otras promociones. Nos decía “la manera de aprender es muy simple, agarrar directamente los documentos, con una frase –para aprender a nadar hay que meterse a la piscina-, o –en la cancha se ven los gallos”-, palabras que me motivaron para incursiona en la transcripción de pergaminos del siglo XVI y siguientes, del Archivo Regional de Arequipa, Archivo Municipal de Arequipa, Archivo Arzobispal de Arequipa.
Las condiciones que buscaban los españoles en sus conquistas y fundación de ciudades se evidencian claramente en el caso de Arequipa, su política se basaba “en el asentamiento de la gente y establecimiento de las poblaciones, en este último destacaba la formalidad de las ceremonias, la toma de posesión, el acta de fundación y la legalización del acto”[3].
Desde que los primeros aventureros pasaron en plan de negocios comerciales, vieron la fertilidad, la importancia y la producción del valle, conformando un poblado importante la de los Yarabayas ubicado ene. Hoy llamado barrio de San Lázaro, “que en las modestas chozas situadas en la lloclla de San Lázaro se hospedaron los primeros europeos que llegaron al valle a la sombra acogedora de la vivienda de un nativo yarabaya”[4].
Debe tenerse en cuenta que años antes a la fecha de la fundación de Arequipa, desde el Cusco en 1535 se había hecho el reparto y entrega de las encomiendas a los conquistadores y, algunos de los españoles y religiosos se asentaron en pequeñas casuchas de indígenas Yarabayas del valle del Chili (hoy Barrio de San Lázaro) porque había vegetación en el valle e importante de su producción. Es muy importante mencionar que hacerse cargo de una Encomienda, se rige por ciertas normas medievales, como es coger con la mano un poco de tierra y votarla en campo en señal de posesión, recorrer a caballo todo el espacio territorial que ha recibido. Esto quiere decir que tempranamente pasaron españoles por estos valles arequipeños.
Otro aspecto importante ocurre el año de 1535 cuando Diego de Almagro viajó a la conquista de los reinos de Chile, dicha expedición no tuvo mucho éxito , el clima la geografía de Charcas y los Andes se encargó de abatir a los expedicionarios y, a su regreso de Chile tuvo que pasar por el desierto más seco del mundo Atacama y Antofagasta que terminó por diezmar a los abatidos hombres, luego siguió por los valles de Arica, Caplina, Cochuna llegando a los valles de Arequipa por el año de 1537 para abastecerse y continuar su viaje al Cusco.
Dentro de los comentarios hechos a la obra de Cornejo Buroncle, nos expresa el Dr. Víctor Sánchez Moreno que, la presencia de los primeros españoles en el Valle del Chili, se remonta al mes de agosto de 1535 cuando el Capitán Ruy Díaz con los seguidores de Diego de Almagro pasaron a Chile por esos mismos meses, el adelantado atravesaba los Andes por Charcas, esto explica que Almagro a su regreso por Chile en febrero de 1537 se detuvo en el valle de Arequipa para descansar y acopiar recursos porque “llegó en la mayor miseria y extenuación al valle de Arequipa”[5].
Sobre ello la información de servicios que presentó Pedro Barroso en el Cusco en 1539, nos amplía este criterio, pues también “los historiadores arequipeñistas –muchos de ellos-, reafirman su convencimiento de la presencia de los conquistadores almagristas en el valle de Arequipa, mucho antes de materializarse la posesión oficial del territorio mistiano”[6]
Cuando revisamos la documentación temprana del protocolo de Alonso de Luque, de 1539, notamos que, en el poder que otorga el Obispo Valverde al cura Rodrigo Bravo y sustitución en el cargo de Protector de Naturales con fecha del 28 de junio de 1539, es dado en “el pueblo e valle de Arequipa”[7]
Otro documento importante es cuando Alonso de Loayza se obliga a un pago por ropa de Castila, que compró al comerciante Felipe Boscán, también en el Valle de Arequipa. La denominación de provincia, aparece en el documento de Gregorio de Setién, compromiso de pago y mercaderías que le dio Felipe Boscán, otorgado en la provincia de Arequipa[8].
Las distintas denominaciones para esta zona sur del Perú nos permiten apreciar la amplia jurisdicción que comprendía Arequipa y la responsabilidad y funciones de Pedro Barroso como Alcalde en estos valles. Así también apreciamos en el documento que celebra Miguel Cornejo “vecino que soy de la ciudad del Cusco y estante y presente en la provincia de Arequipa, otorga poder en la dicha provincia e valle de Arequipa que es en estas provincias del Perú”[9]. En el caso de Juanes Navarro da poder al señor Pedro Barroso Alcalde Ordinario en esta Villa de Villahermosa que soys ausente, como si fuesedes presente, para todos sus pleitos, en escritura fechada en el pueblo e valle de Arequipa a 21 de diciembre de 1539”[10]
El asentamiento inicial que se hiciera en el valle de Camaná en 1539, responde a la búsqueda de un sitio propicio para el comercio marítimo, como lo era el Callao en Lima, “la fundación de la Villa Hermosa se efectuó con la rigurosidad que para tales casos exigen las disposiciones reales, creemos que posiblemente fue en los primeros días de noviembre que comienza a despejarse la nubosidad del cielo”[11].
La composición de las primeras autoridades del Cabildo –hasta principios de 1540- lo eran “Alcalde Mayor, Alonso de Cabrera; como Alcaldes Ordinarios Pedro Barroso y García Manuel de Carvajal; como regidores, Hernando de Silva, Gómez de León, Hernando de Torres, Lucas Martínez Begazo, Luis de León y el Capitán Andrés Ximenez, y Martín López de Carbajal como Alguacil mayor”[12].
Como puede notarse el primer Alcalde de estos valles de Arequipa fue don Pedro Barroso, hombre de amplia trayectoria en las conquistas de estos reynos del Perú. En su informe que hizo en el Cusco con fecha 21 de febrero de 1539, para presentar a sus majestades y salvar sus responsabilidades, como consecuencia de la Guerra de los Gobernadores 1537-38, uno de sus testigos dixo “que sabe e vido al dho Pedro Barroso ser Teniente de Gobernador por el dho Pedrarias en la ciudad de granada en la gobernación de Nicaragua (…) e fue Alcalde Mayor de la dha ciudad por el licenciado Castañeda”[13].
Este a su vez “como secretario del dho señor Marquéz le daría yndios quedándose, e que el dho Barroso no quiso, syno ir la jornada con el Adelantado don Diego de Almagro”[14]. Nos referimos a la jornada de Chile, “el cual me hizo su Alcalde Mayor e serví del dho oficio, desde que prencipió la dha jornada hasta que la batalla se dio administrando justicia”[15]. Y que entre los problemas pasados entre Almagro y Pizarro “Pedro barroso deseó siempre la paz e habló al dho Adelantado sobre ella que la tuviese tonel dho Gobernador, aunque pusiese algo de su casa”[16].
Pese a toda la trayectoria política de Barroso, los pizarristas quienes fundaron la ciudad de Arequipa, no le dieron a Pedro Barroso un cargo político-militar de importancia (Teniente de Gobernador), sino un cargo de ciudad cuya jurisdicción era limitada así como su jerarquía, -entendiéndose que salvó todas sus responsabilidades-, que era Alcalde ordinario de primer voto, es decir no se le perdonó su simpatía almagrista, caso contrario ocurre a mediados de 1548 cuando los pizarristas son derrotados por La Gasca, este último deposita su confianza en Pedro Barroso y es nombrado Alcalde de primer voto, así se registra cuando “da posesión de la encomienda al escribano Alonso de Luque”[17].
No se trata de desvalorar la imagen de Juan de La Torre, -en opinión de algunos historiadores considerándolo como el primer alcalde de Arequipa-, sino que el buen tino político de Pizarro, vio las condiciones de García Manuel de Carvajal, que era conocedor de esto valles con su más cercano colaborador que era Alonso de Luque escribano que continuaba desde el Cusco. Como dijera el Dr. Guillermo Galdos Rodríguez “Pizarro fue analfabeto pero no un tonto, nombró por su Teniente de Gobernador a García Manuel de carvajal en “la primera quincena del mes de abril de 1540, porque el día 03 figuraba como segundo Alcalde recibiendo un poder de Pedro Barroso”[18]. Y el día 15 de abril “se prohibió que salgan los vecinos de la villa sin licencia, mandato del señor Teniente, so pena de cien pesos de oro”[19].
Existiendo la vacancia de Alcalde Ordinario de segundo voto, lo nombran a Juan de La Torre, pareciera que este último le da poca importancia al cargo porque al suscribir documentos el 09 de junio de 1540 sólo se registra como vecino, y no como alcalde, que normalmente lo haría un vecino dándole valor y uso a este “título ciudadano”, más luego, después del mes de agosto de 1540 sí realiza las anotaciones de alcalde al momento de la firma.
Para los españoles, contar con una ciudad importante en el sur del Perú, era de mucha importancia, habrían decidido tomar en cuenta el valle del Chili. Una vez realizado la toma de pareceres “plebiscito” “para trasladar la ciudad hacia el valle de Arequipa, muchas fueron las razones para esta determinación, la falta de mano servil ante la mortandad indígena con epidemias desconocidas, pero la más importante fue la conveniencia económica porque “las encomiendas fueron repartidas por Pizarro y Arequipa constituía el eje geográfico al cual convergían todas las encomiendas”[20].
Fuese cual fuese la ubicación, la intención de contar con una ciudad estratégica, era lo primordial, cumpliéndose de esta manera el mandamiento de Francisco de Bobadilla árbitro entre Almagro y Pizarro “el dho adelantado vaya al valle de la Anasca… Pocona y la costa adelante a donde quisiere, y que entre en ello Arequipa y los Charcas, y en ello pueda poblar (Tambo de Mala 18 de noviembre de 1537)”[21]
Bajo leyes establecidas se realiza esta fundación, Arequipa reunía las condiciones para que se fundase una ciudad, ocurriendo así un 15 de agosto de 1540 bajo la advocación de la Virgen de la Asunción , en el sitio de la actual plaza de armas a la usanza europea trazando las calles a cordel, plantando la picota en el medio de la plaza poniendo la cruz donde se edificaría la futura Catedral y al frente estaría el Cabildo a su costado la Cárcel, las demás manzanas y solares serían repartidos entre los fundadores e instituciones religiosas.
Seguidamente en el acto de fundación de la ciudad se nombran las autoridades, los mismos que son: dos alcaldes, seis regidores, un alguacil, un mayordomo de la ciudad, un procurador, Escribano Público y de Cabildo y, otros oficios de importancia. Porque el Cabildo significaba uno de los pilares del Imperio Hispánico en América”[22]
Durante la fundación de Arequipa Pedro Barroso es comisionado con amplios poderes para viajar a España y otras partes del Perú para pedir mercedes a favor de Arequipa, durante su ausencia y en su reemplazo subiría Juan de la Torre a primer Alcalde y de segundo alcalde lo haría Juan Flores que ya era regidor, y el cargo de regidor dejado por este último lo asumiría Francisco de Montenegro, de esta manera se completaba los seis regidores que correspondía a las Villas y pueblos como era Arequipa.
Para el día fijado como fecha de la fundación del pueblo de Arequipa los cargos eran de la siguiente manera: “Teniente de gobernador, García Manuel de Carbajal, por alcaldes Juan de la Torre y Juan Flores, como regidores, Hernando de silva, Hernando de Torres, Luis de León, Gómez de León, Lucas Martínez Begazo y Francisco de Montenegro; como Alguacil Martín López de Carbajal; como pregonero Pedro Ires, Vicario, Rodrigo Bravo; Escribano Alonso de Luque”[23].
Ante la ausencia de contar con una ubicación precisa en la denominación de villa o pueblo en los diferentes valles de Arequipa, hace que se tenga esta dificultad en la denominación del sitio que ocuparon los españoles. Así podemos mencionar al primer alcalde de estos valles, villa y pueblo de Arequipa a don Pedro Barroso, quien no se quedó en España como menciona Guillermo Galdos[24], sino que años después regresa y durante la rebelión de Gonzalo Pizarro 1548, ocupa los cargos de alcalde y de regidor y también los subsiguientes años respectivamente.

EVITE EL PLAGIO, CITAR LA FUENTE:
[1] Publicado EN: Revista HISTORIA Nº6, (ISSN 2220-3826) Escuela Profesional de Historia de la UNSA. Arequipa, Perú. Octubre 2003. pp 79 -85. Publicación en homenaje al desaparecido historiador Guillermo Galdos Rodríguez, fallecido el 20-09-2002
[2] Historiador, profesor de la Escuela Profesional de Historia, UNSA.
[3] Málaga Medina, Alejandro “Los primeros españoles en el valle de Arequipa” EN: Historia General de Arequipa, ed. FMJBF, Arequipa. 1990
[4] Galdos R. Guillermo, “Naciones oriundas en expansión y mitmaqs en el Valle de Arequipa”, Tokio 1988
[5]Cabrera Valdez, Ladislao “Los primeros españoles en Arequipa” EN: Historiadores y Prosistas, Arequipa 1958, pp.220
[6]Sánchez Moreno, Víctor, “Arequipa Colonial y las fuentes de su historia” Aserprensa Lima, 1987. pp.163
[7]Archivo Municipal de Arequipa, Protocolo: Alonso de Luque 1539: fs.5-5v.
[8] AMA. Protocolo: Alonso de Luque 1539: fs.9.
[9] AMA. Protocolo: Alonso de Luque 1539: fs.110
[10] AMA. Protocolo: Alonso de Luque 1539: fs.115.
[11]Málaga, Op. Cit. pp.221
[12] Galdos R. Guillermo, “Administración Colonial” EN: Historia General de Arequipa” FMJBF, Lima, 1990 Confr. Barriga Tomo I pp50. Tomo II pp81-89.
[13] Barriga Víctor M. “Documentos para la Historia de Arequipa” Colmena Arequipa, 1940, tomo II, pp.62
[14] Ibidem, pp.75
[15] Ibidem pp.55
[16] Ibidem pp.71
[17] Barriga Víctor M. “Documentos para la Historia de Arequipa” Colmena Arequipa, 1939, tomo I, pp.270
[18] Ibidem pp.55
[19] Ibidem pp.59
[20] Galdos R. Guillermo “Comunidades Prehispánicas de Arequipa” FMJBF Lima 1987 pp.192
[21]Barriga Víctor M. “Documentos para la Historia de Arequipa” tomo I, pp.17-18
[22]Clarence, Haring “El Imperio Hispánico en América” Solar Hachete, Bs. As. 1972
[23]Ibidem…..pp.79-105-53.
[24]Galdos R. Guillermo, “Una ciudad para la historia, una historia para la ciudad –Arequipa del siglo XVI” EDIUNSA. 1996 pp.197

miércoles, 15 de octubre de 2008

UNA CIUDAD DENTRO DE LA CIUDAD: EL CEMENTERIO GENERAL DE LA APACHETA, SERIA CONSIDERADO DENTRO DEL CIRCUITO TURÍSTICO DE LA CIUDAD DE AREQUIPA

UNA CIUDAD DENTRO DE LA CIUDAD: EL CEMENTERIO GENERAL DE LA APACHETA SERIA CONSIDERADO DENTRO DEL CIRCUITO TURÍSTICO DE LA CIUDAD DE AREQUIPA[1]
Lic. Edgar Chalco Pacheco[2]
El turismo de cementerios está siendo desarrollado en las ciudades latinoamericanas, y una ciudad como la nuestra llena de tradiciones, no puede quedar rezagada, que presume de ser primera en actividad cultural del sur del país, en visitar a esta ciudad dentro de otra ciudad, que conserva la historia no contada, la historia oculta.
Rendir culto a los muertos forma parte de una costumbre consustancial al ser humano a través de los tiempos. Las tumbas faraónicas de Egipto, los jardines colgantes de Babilonia y los mausoleos, son evidentes expresiones de este hábito o rito, que varía según las épocas, los continentes, razas y religiones.
La visita se puede hacer en dos horas a pie y el recorrido sería por la avenida principal desde la portada de acceso, con relieves y esculturas antiguas de sillar, hasta la capilla central. Se ofrecería información sobre los estilos de las tumbas, historia, mitos y creencias e información sobre los personajes más renombrados allí enterrados: desde obreros huelguistas, santos populares, poetas, hacendados, próceres, héroes, artistas, personalidades públicas y de los artesanos que esculpieron a mano las enormes sepulturas.
Al menos unos 250 monumentos adornan centenarias tumbas del Cementerio General de la apacheta de Arequipa. Fue una costumbre de principios de siglo XIX perpetrar su memoria, en la que se reflejaba el dolor, la vida eterna, el juicio final, la vida más allá de la muerte. Grandes estatuas de santos, ángeles y profetas rodean la capilla central del camposanto.
En este contexto, los cementerios, unos más que otros, guardan silenciosamente parte de la historia de los pueblos. Es un proyecto que está en consulta con el Instituto Nacional de Cultura, donde además deberán participar La Universidad La Beneficencia Pública será realidad a mediados del 2003. No se descarta la idea, que en un futuro próximo, los muros del cementerio sean reemplazados por rejas y cuente con bella y potente iluminación.
1.- LOS CEMENTERIOS Y LA CIUDAD
Los restos de Cementerios prehispánicos en Arequipa podemos encontrarlos en Pillo en el Distrito de Socabaya, Kasapatak y Cacallinca en el Distrito de Hunter es una zona elevada un cerro que conserva muchas tumbas prehispánicas, Lari Lari en el Distrito de Cayma. En la zona de Quequeña, Yarabamba y Characato, también se conservan estas tumbas al pie de los cerros.
Los cementerios del periodo colonial se fijaron en las Iglesias, Conventos y Monasterios, los devotos y las cofradías a que pertenecían se encargan de orientar a la voluntad de sus fieles en cuanto a las donaciones, sobre todo cuando estos hacían sus testamentos y su voluntad era que sean enterrados en tal o cual Iglesia.
Para el año 1814 se estaba realizando uno nuevo en el pueblo de Yanahuara “La idea de hacer un cementerio general ya va tomando vuelo en 1820 en virtud de una Real Provisión del 31 de noviembre de 1813,, para que se siga utilizando el cementerio de Miraflores, establecimiento que originalmente era destinado para el Hospital de San Juan De Dios, las epidemias de esos años forzaron la idea de ensanchar la necrópolis de Miraflores”[3].
Posteriormente se formó el Cementerio de la Apacheta (nombre quechua que se debe a un montículo, paraje, lugar donde se amontonaban piedras y se dividen dos caminos, simbólicamente en lengua Aymara es un Taypi, es división, del mundo presente con el más allá, es dejar este camino y pasar a otro camino[4]), la construcción se atrasó por muchísimos años, recibió ímpulso del Prefecto Gutiérrez de La Fuente en 1828, el Cementerio de Yanahuara se clausuró en 1835 para adscribirse a este Panteón General.
Sin embargo la Apacheta fue plenamente habilitada en 1843, a la vez que se disponía el cierre del de Miraflores[5]. Fue inaugurado con una ceremonia de ritual fúnebre con los restos del prócer de la independencia Mariano Melgar, con un discurso del Dr. Deán Juan Gualberto Valdivia y Cornejo (quien fuera secretario del Mariscal- Andrés de Santa Cruz, durante la Confederación Peruano-Boliviana).
Las observaciones que pudo hacer Flora Tristán acerca del tema nos dice, el panteón, hermosos cementerio recientemente construido, se halla a dos leguas de la ciudad. Está situado sobre la pendiente de una colina, frente al volcán y ocupa un vasto espacio. De lejos nada es más oscuro ni más melancólico, que la vista de los altos muros y dentellados que lo rodean. En la superficie de aquellos muros están dispuestas tres filas de nichos abiertos en el espesor de ellos. Se depositan los féretros en esos nichos, cuya abertura se cierra con una piedra sellada. Sobre esta piedra los parientes del difunto asocian su vanidad a la nada de la tumba. Se lee sobre planchas de mármol o de bronce, escritos en letras de oro. Aquí yace el ilustre mariscal, el célebre general, el venerable cura, etc.[6]
La distribución del espacio al interior del Cementerio de la Apacheta, se construyeron pabellones con hileras de nichos, donde se depositarían a los difuntos, cada pabellón lleva el nombre de un Santo: San Esteban, San Ursula, San Benito, etc. También un lugar destinado a sepultar a los muertos bajo tierra. Al centro del cementerio está la capilla para realizar misas para difuntos algunos de cuerpo presente. En la parte última al fondo del espacio del Cementerio existe un lugar destinado al entierro de difuntos que no pertenecen a la religión católica cristiana romana y apostólica y que más bien son judíos o de otra religión. Lo que llama la atención es un pabellón construido al fondo del cementerio, donde se enterraban los condenados, excluidos por la religión católica, que eran criminales, suicidas, extranjeros, de otras religiones.
Hoy Arequipa es una ciudad con rasgos de modernidad, con diversos problemas de una metrópoli su población bordea el millón de habitantes, pero aun conserva algo de la tradición y costumbres pasadas de nuestros ancestros.
Aparecieron cementerios modernos como el Parque de la esperanza y el jardín de Arequipa, pero paralelamente en los distritos alejados y sus Pueblos Jóvenes y Asociaciones de reciente creación, incluyeron cementerios como el de Jerusalén en el Distrito de Mariano Melgar, de la urbanización El Carmen y Cerro Verde en el Distrito de Tíabaya y otro en el Distrito de Miraflores en la Asociación Tomasa Tito Condemayta, el cementerio municipal de Cerro colorado, que pertenecen a sectores populares de población económicamente muy necesitada, y sus entierros generalmente son en un una. fosa y muchas de las veces el sitio donado por el municipio del lugar.
Sepulturas históricas, Sin duda que la riqueza histórica está en sus sepulturas centenarias. Las primeras datan de 1821. Muchos veranos e inviernos y algunos terremotos, han dañado su valiosa e irrecuperable arquitectura. De ahí el interés por repararlas, pero como son patrimonio privado y se debe la legislación, para hacerla más operativa.
"La meta es que todas las sepulturas que contienen a próceres o personas relevantes, puedan ser rescatadas de las ruinas". Cada sepultura es un bien especialísimo de los propietarios, se dice que pertenecen a sus dueños hasta que se mantengan en buen estado, salvo los plazos de la perpetuidad manejada por la Beneficencia.
2.- LAS TRADICIONES
El caso de nuestro Cementerio General. Un camposanto que mantiene vigente el respeto a las tradiciones y a la cultura de los arequipeños, en la forma de recordar a sus seres queridos con solemnidad, muchas flores y coronas en los funerales y que, precisamente, por guardar y conservar tanta historia y tradición, se convertirá a mediados del 2003, en un recorrido turístico gracias a un proyecto impulsado por la Universidad Nacional de San Agustín, La Beneficencia Pública y el Instituto Nacional de Cultura, siempre en cuando se ejecute.
El cementerio es como una pequeña ciudad. "Su importancia es vital porque no hace distingos de credo ni condición social. Aquí se confunden los Presidentes de la República con una importante cantidad de indigentes y personas de los más diversos credos religiosos. Es el único que recibe a todos los estratos sociales en un mismo lugar, con la misma importancia, el mismo respeto y la misma solemnidad".
Sus especies arbóreas centenarias en extinción, sus tumbas y mausoleos, sus estatuas, sus santos, ángeles y las personalidades que están sepultadas allí, lo han convertido en un centro cultural y arquitectónico. Esporádicamente es visitado por profesores y estudiantes de historia arquitectura periodismo, diseño, que concurren a hacer trabajos para sus respectivas universidades. "Porque es innegable que gran parte de la historia cívica de nuestra ciudad descansa ahí".
Es normal que a la gente le gusta mucho recordar a sus familiares. "Les construyen verdaderas casas. Tenemos las sepulturas con juguetes al interior de los nichos y, también, celebración de cumpleaños; los funerales de evangélicos que van cantando; los de las zona alto-andina que dejan comida y cigarrillos a sus deudos. Son tradiciones y costumbres que se siguen manteniendo, que nosotros aceptamos y que no son posibles en los nuevos cementerios parques.
3.- AS COSTUMBRES DEL SEPELIO
La Población nativa Collagua, prehispánica, eran enterrados en posición fetal en urnas rodeadas de piedra, al interior se colocaba el cuerpo sobre un cesto acompañado de su indumentaria, esto para las personas del común. Cuando el enterramiento era de un jefe lo acompañaban sus sirvientes, esposas utensilios, animales por ejemplo el Señor de Sipán. Hubo enterramientos, urnas colocadas en los desfiladeros, acantilados que de la parte baja se pueden apreciar como panales de abejas que cuelgan de los desfiladeros. En la actualidad tienen por costumbre enterrar a sus muertos acompañados de bandas musicales, todo parece una fiesta, la música es importante en la partida de la persona que falleció.
En el periodo colonial era de mucha importancia el luto y los rezos, esto se demuestra en las declaraciones que dejaban antes de morir en los testamentos donde pedían 30, 40, 100 rosarios, ave marías, credos, y misas, depende de la condición económica porque se dejaba una partida para ello. Indicaban que los restos deberían estar al pie de tal o cual santo e Iglesia, el cuerpo antes del entierro era preparado para el velorio, se podían contratar lloronas, mujeres dedicadas a este arte del lamento por la muerte del difunto acompañado de todo el ritual religioso cristiano.
En Arequipa en los años de 1833, nos cuenta doña Flora Tristán que, para enterrar a los difuntos, la muerte de las gentes acomodadas, no regocija únicamente a sus herederos. Los monjes encuentran también ocasión de vender a precios elevados, sus vestidos grises. Negros, blancos, carmelitas, etc. Se acostumbra y es de buen tono hacerse enterrar con hábito de monje y por esta razón esos santos personajes tienen, casi siempre hábitos nuevos que contrastan con la suciedad del resto de su indumentaria. En cuanto el moribundo ha expirado, se le reviste sin tener en cuenta su sexo, con un hábito de esos religiosos y queda así vestido con el rostro descubierto, extendido sobre su lecho por espacio de tres días. Durante ese tiempo se hacen visitas de condolencia. Los parientes más lejanos presiden el duelo, es decir que permanecen en la pieza de donde está el muerto, recibiendo a los visitantes. Estos sean hombres o mujeres, can vestidos de negro, hacen al entrar un saludo grave a los parientes, quienes se hallan sobre un estrado, enseguida van ha sentarse en un rincón y se ponen a rezar. Se lleva el cuerpo en hombros hasta la Iglesia y así, también en hombros, después de la ceremonia se le conduce fuera de la ciudad. Desde allí se le transporta en una carretilla al cementerio.[7]
El velorio, fue el ritual que por excelencia se encargó de reunir a un determinado grupo social junto al cadáver de uno de sus miembros. El anuncio de la muerte, el cambio en el decorado de la casa y la instalación de la capilla fúnebre, eran las etapas previas para el imprescindible acto de despedida colectiva, que se lograba mediante la exposición del extinto. La casa era el receptáculo obligado de quienes debían muchas veces mantener una etiqueta, presentar el pésame a la viuda u otros parientes que integraban la respectiva familia del duelo.[8]
En la actualidad los rituales del entierro, han cambiado de acuerdo al estrato social al que pertenece el difunto y de acuerdo a su pasado cultural, llamaría que es un proceso de occidentalización, porque hay una frialdad en todo el ritual de la muerte, en un estrato social alto, son las empresas funerarias las que se encargan del hecho, cuando muere la persona, los trabajadores de la funeraria, lo bañan lo visten con su ropa más usual, -ya no hay mortajas en su ideal-, terno, una capilla ardiente adornado de ofrendas florales en formas de cruces y corazones, no se invita licor, sino té o café, no hay lloros, o no lo demuestran por los lentes oscuros que tienen los deudos, pero sí se toman fotos de recuerdo acompañados al féretro, la capilla ardiente.
Luego en el velorio no acompañan al muerto durante toda la noche sino que a determinada hora, todos se van cierran la puerta del Velatorio, porque tampoco se vela en la casa de los deudos, pero si dejan las luces prendidas de la Capilla ardiente, al día siguiente temprano los deudos se alistan para la misa de cuerpo presente y se dirigen al cementerio llevándolo en una carroza (auto moderno) y todo el proceso no tarda mucho tiempo, algunos discursos de los conocidos al pie de la tumba y luego todos se marchan, los deudos no esperan para el pésame -no significa descortesía ni ofensa a los que acompañaron, sino que así es el ritual-, cada quien se va a sus casas. Los deudos tampoco están en su casa original, sino que están en otro sitio, de sus familiares.
Esta última forma de enterramiento va tomando aceptación, se va haciendo de mayor acogida en un buen sector de la población arequipeña, sobre todo los que son del centro de la ciudad, porque los que viven en de los distritos o pueblos tradicionales todavía conservan todos los rituales tradicionales más resaltantes de un entierro.
Los llantos, expresión de tristeza, dolor de lo perdido, causa mayor tristeza cuando la muerte es de una madre, sobre todo cuando deja hijos pequeños, desamparados, luego sería la muerte del padre cuando deja sus hijos en edad de formación pero nadie podrá negar que el de una madre representa mucho en su vida.
Cuando fallece personas de edad madura, ancianidad, no produce esa sensación de dolor, porque se cree que ya cumplió su rol en esta vida, y si es que sufría de una enfermedad prolongada en años, hay una expresión de consuelo “Dios te recogió porque no quería que sigas sufriendo”. La gente muy buena bondadosa, justa, trabajadora, luchadora, coincidentemente mueren jóvenes, mejor dicho no llegan a la ancianidad, hay excepciones. En cambio las personas que tienen algo de malicia y maldad, viven muchos años y sufren al morir, el común de la gente dice que es porque “los pecados se pagan en este mundo, en la tierra y te arrastrarás y Dios no te recogerá así pidas perdón, aquí es tu infierno donde sufrirás por todo lo malo que has hecho, porque muerto todo se acaba ya no hay nada”, aparentemente son pragmatistas, pero es una crisis de valores religiosos por la que atraviesan muchas personas.
Los lloros son expresiones de pena, cuyo sentimiento es la representación en la población de origen humilde, de bajos recursos económicos, o estrato social regular, durante todo el velatorio, forman fila después del entierro para recibir el pésame -cuando es de pueblo tradicional o pequeño casi toda la población asiste al sepelio-, hay misa de ocho días y también forman fila para recibir el pésame afuera de la iglesia, de igual manera en la misa de año.
La música,
Para un determinado estrato social es una expresión de congoja, sentimiento que acompaña al difunto durante el velorio, en su último viaje al cementerio y posterior a la muerte, se puede apreciar también en los cementerios de Pueblos Jóvenes. Para los arequipeños el yaraví es la música del amor frustrado, es posible reconocer otros temas secundarios como el de la muerte entrelazada con el tema principal, hay una amplitud temática, donde la ausencia del ser, el olvido en el grado más extremo es la muerte.[9]
Uno de tantos temas estudiados por Juan Carpio Muñoz a continuación detallamos, pero resaltamos en negrita las letras que mayormente se tocan y cantan en los entierros o días posteriores al sepelio, aquí un fragmento:
Ya me voy a una tierra lejana,
A un país donde nadie me espere,
Donde nadie sepa que yo muera,
Donde nadie por mí llorará.[10]
Durante el velorio de un chacarero a mediados de los años cincuenta, la esposa o hijas según el caso, cantan de una manera muy triste, con lamento y entre lloros, en una suerte de improvisación, que pareciera mezclar yaraví huayco y música gregoriana, esta va repetida muchas veces como una cantaleta, es un texto que repentinamente lo crean y que va recordando los momentos más importantes que en vida tuvo el difunto y generalmente para lamentarse cantando por la ausencia inesperada, esta costumbre ya está en desuso, que es muy diferente de las plañideras[11].
4.- DESPUÉS DEL ENTIERRO
Se puede comprender una sensación de soledad con mezcla de miedo hay una “incertidumbre del más allá, si llegaremos a conocer allí más dolor, si hay desigualdad social, tormento, nos preguntamos si los presentes nos olvidarán, qué será del patrimonio. Inquietud por los funerales necesarios, hay miedo a los aparecidos”.[12]
El miedo a los muertos ha perdurado por cientos de siglos desde nuestra prehistoria. La noche es tenebrosa incluso en hora actual se admite que los muertos pueden regresar y habrán de hacer maldades de no apaciguárseles con oraciones y otras ofrendas, según las religiones y costumbres de sus culturas.
En el cementerio general de la Apacheta de Arequipa, todos los nichos muestran una iconografía variada en las lápidas que se colocan pasado los dos años del entierro debido a que la humedad que sale del nicho por los gases y putrefacción del muerto pueden malograr el material de la lápida, que son variados, unos decorados con mármol de Italia, mármol nacional, con vidrios, en bronce en fierro forjado.
Hay mucha diversidad en la ornamentación de las lápidas, algunos colocan una foto, o pasajes de su vida, versos, oraciones del evangelio, hay una variedad de adornos, entre música y flores. Estas van desde imágenes de cristo crucificado, el rostro agonizante de cristo, vírgenes como la Candelaria, del Carmen, Santa Rosa de Lima, San Martín de Porres.
La visita a la tumba del difunto de reciente muerte –por los familiares-, es más constante casi interdiario y cada fin de semana, cuando más pasan los años de su fallecimiento es mayor la distancia de la visita, entre cada fin de mes, o al año, especialmente en las fechas de aniversario del difunto, de los pasajes que tuvo en vida, en cambio las más comunes se dan para el día de todos santos y entre las prácticas está el llevar flores, hacer oraciones hacer tocar alguna música o canciones por los rezanderos, aunque últimamente prefieren poner las tarjetas musicales de cumpleaños o de navidad.
LOS ÁNGELES PIADOSOS
En Algunas de las religiones monoteístas más grandes de la existencia del ser humano, como la islámica, judaica y cristiana-católica, el mundo angelical forma parte de su imaginario litúrgico
Ángeles contemplados en la liturgia católica, aunque todas las religiones han tenido Ángeles bajo diversos nombres.
Para la Iglesia católica los Ángeles son los espíritus grandiosos, son los intermediarios entre el cielo y la tierra. Y como tales llenaron el espacio entre el cielo y la tierra, conceptual y físicamente[13]. Si los Ángeles no existieren, la grande obra del creador no tendría el coronamiento y la perfección de que era susceptible este mundo que atestigua su omnipotencia.
Los Ángeles son clasificados de acuerdo a las denominaciones de órdenes inferiores, misiones, cargos, virtudes, la potencias que rigen el mundo físico y moral, “los unos se llaman Serafines, otros son Querubines, y otros los Tronos. Algunos están encargados de la dirección de las sociedades y de las personas, son los principados, los arcángeles que transmiten mensajes de alta importancia, y los Ángeles guardianes que nos acompañan velando por nuestra seguridad y nuestra santificación”[14]
Las alas de los Ángeles era una alusión directa a las aves, “para San Agustín las aves del mundo clásico eran demonios, o Ángeles caídos, que habían quedado encarcelados en la parte caliginosa hasta el día del Juicio Final”[15]
En la historia espectral Dios había creado el ángel Lucifer (Luzbel, Satán), para que este junto a él, pero desatada una guerra en los cielos, estos Ángeles van armados convirtiéndose en arcángeles, saliendo triunfante el arcángel Miguel, el campeón de Dios, el guerrero alado, ahora su conquistador había tomado el lugar de Lucifer. Se generó una tradición alrededor de un ángel de la muerte donde los demonios luchaban contra el bien para arrebatar almas de los fieles, la batalla del bien y del mal nunca terminaba para la religión angelical.
Estos Ángeles guardianes, según las creencias católicas van luchando entre el bien y el mal guiando nuestras almas a una purificación para alcanzarla gloria de Dios. Aún después de muertos se apiadan de nuestras almas, guardando vigilia sobre nuestras tumbas, como se puede apreciar en el cementerio de la Apacheta de Arequipa, cuyas expresiones corresponden a un imaginario colectivo, propio del siglo XIX cuando se fundó el cementerio hasta mediados del siglo XX. Aquella lucha constante entre Ángeles y demonios, entre el bien y el mal, que van rondando nuestras mentes, donde esa dualidad, esa dialéctica entre verdad y mentira, entre la ofensa y la disculpa, entre lo bueno y lo malo, entre la miseria y la bondad, permite que existamos como seres humanos.
Pero a pesar de esta controversia, estos ángeles son piadosos con todos, intercede ante Dios para que se acuerde de nosotros, porque aún después de muertos ruegan y se apiadan de nuestras almas guardando vigilia sobre nuestras tumbas, son también ángeles guardianes[16]. Como católicos en nuestro imaginario del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, se tenía por costumbre adornar las tumbas sobre todo mausoleos de los difuntos, con ángeles, que coronaban en una parte elevada de las tumbas, pareciera haciendo guardia al alma del difunto, comunicando el cuerpo terrenal con Dios en el cielo, es un ángel intermediario que eleva el alma del hijo hacia el todo poderoso.
Los mausoleos.- A espaldas de la Capilla, que es el centro del Cementerio están los ángeles más conocidos, apreciamos el mausoleo de Alejandro Hartley y familia, donde se ve la estructura en mármol de un ángel sentado acongojado. De similar situación se ve en el mausoleo de Juan Rodríguez un ángel agachado llevando una cruz el difunto es de 07-09-1900. El mausoleo de Dorich, Carmen D.Gómez Valdez, cuya estructura es de granito hay cuatro ángeles de rodillas para cada esquina y una Virgen que lleva corona y ubicada en la parte superior de la puerta de entrada. En la tumba del Coronel José Valcarcel 1878 y Felícitas Ureta Vda. De Valcárcel 1903 se aprecia un ángel de pie protegido por una reja. En el mausoleo de Agustina Ureta Jonson 09-07-1872 se aprecia un ángel de mármol en posición de pie protegido con una reja.
Los mausoleos van tomando diferentes formas con el pasar de los tiempos, inicialmente los ángeles cubrían el mausoleo, luego tomaron construyeron en forma de templos romanos, finalmente varía entre pirámides egipcias, arcos de triunfo casonas, cilindros etc.
En la Casa
Pasado el entierro, una de las costumbres es buscar a un curandero, maestro, que busque el mal de muerte, el alma del difunto en la casa de los deudos, para que lo saque de ahí y “el alma no jale a otros" es decir hay el miedo que el muerto lleve en cadena también a otras personas de la familia. El curandero va buscando en los rincones de la casa con un cuchillo de acero y donde se hunda con facilidad en la tierra es el símbolo de sepultura, y el cuchillo cubrirá esa tumba abierta y no jalará ni se llevará a otros del entorno familiar.
Los migrantes de las alturas de Tacna y Moquegua, matan un perro negro para acompañe al difunto, después de ocho días de muerto y muchas de las cosas que más le gustaban al difunto se colocan en una bolsa negra, y los lleva lejos el curandero, para que sea el último viaje de lo que queda del alma del difunto, según corresponden a las tradiciones de los aymaras.
Los migrantes de la zona de Huancayo y el Cusco, tienen por costumbre hacer el lavado de ropa a los ocho días, (otros voltean la ropa), es un ritual que va acompañado de aguardiente y entre varias personas entrevistadas en Arequipa que también hacen el lavado de ropa se deduce que los hacen sin mucha relevancia, es muy simple y puede hacerse al día siguiente o dos días después del entierro. Cuando transcurre el año de muerto, se hace la misa y se quema toda la ropa del difunto, así como los presentes también lo hacen saltando por la fogata, para dejar lejos ese luto y no tener otro que los agobie en su tristeza.
Para los de las zonas residenciales en la ciudad, no tienen estas prácticas, algunos llevan a un sacerdote católico para los rezos, otros los deudos hacen a lo mucho unas oraciones en la habitación que ocupaba el difunto, y se mantiene desocupada por un mes y al final se hace una limpieza general para luego ser ocupada por otra persona de la familia, todas las cosas del difunto se escogen para ser guardadas las que no son de importancia se votan a la basura, o se venden a los negociantes de objetos de segundo uso.
Los sueños.-
El sufrimiento del ser querido, hace que piensen mucho en él, y por las noches tengan sueños, que vean a la persona, conversen con ella, pero llega el momento que el difunto le habla y dice “que se encuentra bien, ya no te preocupes”, entonces la persona que soñó cuándo despierta, siente una tranquilidad, en adelante será menor su aflicción.
Es común que las personas sueñen con sus familiares difuntos, manifiestan que les anuncian algo malo, preocupante de tener mucho cuidado en el día con su persona y de sus familiares vivos, porque las noticias no serán buenas.
Las almas.-
Desde la antigüedad sentimos miedo de los fantasmas y almas en pena, -que en paz descanse-, siempre ha sido la bendición para muertos vivos, nos da sus apreciaciones David Murray Director of Research Statistical Assessiment Service diciendo “la idea de los fantasmas, las persecuciones, el misterio y el miedo que nos invade cuando un espíritu persiste en un lugar. Creo que todo eso nos amenaza en todo el mundo, ya que más que nada esto nos da la noción de que las puertas siguen abiertas. Los límites aún no están claros, y que hay un pasadizo entre un lado y el otro”.[17]
En ciertas cuevas del sur de Francia, los cuerpos encontrados se hallan en posición fetal atados para evitar su fuga, “Frecuentemente los cuerpos enterrados allí fueron amarrados y atados en posición fetal. Esto nos sugiere que tenían algún tipo de preocupación de que los individuos regresaran, o que los molestaran, o que tal vez les trajeran mala suerte o algo así”.[18]
En Transilvania Hungría se mantiene la creencia, que aquellas personas que mueren por suicidio, los cajones deben ser clavados al piso de la fosa, y el cuerpo del difunto debe ser colocado de cubito ventral, es decir con la boca hacia abajo, cosa si quiere levantarse del cajón para convertirse en vampiro, este se vaya más al fondo y no pueda salir.
El miedo a los aparecidos sobre todo en África negra, sigue siendo bastante fuerte, para incitara algunos difuntos a no volver, se mutila su cadáver antes de la inhumación, por ejemplo se le quiebra los fémures, se les arranca una oreja, se le corta una mano: de ese modo por vergüenza o por imposibilidad física, se verán obligados a quedarse donde están.[19]
Para otras personas las siluetas y las imágenes del difunto vuelven a aparecer, pero no en forma directa sino, de costado o de espaldas, pero no se ve el rostro, ven que ingresa a una habitación y cuando se dirigen a ella, no hay nada. Para otros, es como un ángel que se les acerca y les habla al oído diciéndoles “allá donde estoy me encuentro tranquilo, me encuentro bien”, o dicen el ser en quien tu piensas se encuentra bien, después de esto da una tranquilidad a los deudos y se va aliviando la tristeza y la creencia firme en un Dios.
Los condenados
Es una de las creencias muy fuertes en el imaginario colectivo de la población arequipeña hasta la década de los años ochenta, quienes preocupados por estas creencias construyeron un pabellón especial en el cementerio de la Apacheta. En la mentalidad de las personas de religión católica, se creía que estos difuntos suicidas, criminales, extranjeros o de otras religiones, se iban a “condenar” y que sus almas llegarían a perturbar la paz de los muertos católicos que fallecieron en forma natural por la gracia de Dios. Y como el cementerio estaba alejado de la ciudad en medio de chacras y este “pabellón de condenados” al fondo del espacio del cementerio, aislado, sus almas saldrían de sus tumbas porque se condenarían y vagarían por la noche causando malestar a las almas católicas que descansan en paz enterradas cerca a la entrada de la puerta principal al cementerio.
La parte posterior del perímetro del cementerio de la Apacheta, la parte media del fondo, se encuentran tumbas de extranjeros de diferentes religiones –además del pabellón de los condenados-, estas se encuentran en la tierra ocupando un buen espacio con el perímetro de piedra o cemento que cubre cada una de las tumbas.
En un espacio especial para judíos, es de unos 15 metros por lado por debajo del nivel del terreno del cementerio, con tres gradas de escalera para el ingreso por tres costados, las tumbas están protegidas con piedra granito y las lápidas de mármol blanco, las tumbas en su mayoría son de niños los que hacen un total de catorce restos, cuyas inscripciones van acompañadas de la estrella de ocho puntas.
Entre los difuntos aparecen los nombres de: Isaac Beressi falleció el 25-09-1922 de 37 años de edad, va el año judío 5,683 acompañado de una estrella, luego Fanni Eskenazi falleció el 04-11-1922; Juana Betz de Grusendey falleció a los 29 años de edad el 25-05-1922. Lo que llama la atención es el grupo de niños: Ida Behar 03-08-1929; Jacobo Lemor nació 19-01-1931 y falleció el 21-121931; Jaime Kilimager Colordo nació 01-11-1931 y falleció 28-08-1932; Nisim Kilimager Colordo nació 18-08-1932 y falleció 15-09-1932; José Lemor nació 19-01-1931 falleció 15-12-1931; Salomón Eskenazi falleció 19-11-1929.
En las lápidas de el pabellón especial existen aquellos que murieron defendiendo sus derechos sociales, así se inscribió en la tumba de Ángel Descalzi Cráter, lo siguiente: “víctima de la alevosía, inmoló su vida en aras de la dignidad del empelado ultrajado” (Lápida Quezada)[20]. Otras tumbas contienen inscripciones en inglés, deducimos que se trata de una persona que en vida tuvo una religión diferente a la católica, donde se aprecia lo siguiente:
“In affectione remembrance
of
John Harts Smith
Who died at Arequipa july 01 setiembre 1927
Aged 51 years
Why Should our tears in sorrow flow
when god recolls his own.
And binds Then Teare a worls of woe
for an inmortal crown”
(Lápida Quezada).[21]
También podemos rescatar de las lápidas del pabellón especial, poemas de aquellos suicidas, que se mataron por un amor u otras razones, es el caso del nicho Nº71 del “pabellón de los condenados” del cementerio de La Apacheta, tumba de Alfredo del Carpio M. tiene escrito, que de Dios Goce fallecido el 12 de agosto de 1954, y también incluye un poema que a la letra dice:
“El día de mis nupcias
puse de testigo a la Virgen
que tuvo puesto un collar
de perlas
para saber si faltándole
una, me serías infiel,
más sorpresa la mía
al ver que había
desaparecido el collar.
Puse mi corazón de hielo
para ponerme a los pies
del todo poderoso
para que juzgara
si la habré querido
o no”
(anónimo).[22]
Pero el caso más conocido entre los últimos condenados es de “La Mónica”, una chica cuyos restos desaparecieron después de enterrada y dijeron que se había condenado y que se aparecía a cada joven que llevaba motocicleta, cierta noche se le apareció a un joven que la recogió en su motocicleta, charlaron y la condujo a su casa, con el frío que hacía él le prestó su casaca a Mónica con la idea de que la recogería al día siguiente en su casa, hasta donde la acompañó, tomó su dirección y se despidieron. Al día siguiente fue temprano y fue recibido por la mamá de Mónica quien le manifestó que hace un año que había fallecido y para que creyera lo llevó al muchacho al cementerio y le enseñó su tumba y para sorpresa de ambos la casaca prestada la noche anterior estaba colgada en la cruz de su tumba, se dice que el joven que la acompaño enloqueció tuvo problemas psiquiátricos hasta su muerte. La versión fue repetida por muchos años y poco a poco se fue perdiendo en las tradiciones arequipeñas de la década de los ochenta.[23]
Los santos populares.
En el cementerio de la Apacheta se hace reverencia a Víctor Apaza, por la creencia, de un sector de la población, que ha hecho milagros y su tumba es la más cubierta de flores y velas todos los días, la visitan primero antes de ir donde sus difuntos[24]. Pero el problema es difícil de explicarlo, porque el fue acusado de asesinar a su esposa y violar a su hija, se le dio la pena de muerte bajo fusilamiento, el último en esta ciudad el 17 de septiembre de l971, es la población quien sufre el martirio del otro, le dicen pobrecito, si era inocente, la aflicción y admiración lo convierten en veneración y santificación popular etc. pero hoy se hizo grande la veneración y tiene muchos seguidores que cuentan de sus milagros. Nadie llama a V. Apaza como “santo” pero lo tratan como tal, de esta forma el pueblo lo sitúa dentro del conjunto del panteón cristiano, V. Apaza es nuevo intercesor entre Dios y los hombres.[25]
5.- EL CEMENTERIO DEBE MODERNIZARSE,
Pese al apego a la tradición, el Cementerio General debe ser incorporado al proceso modernizador con atención personalizada al público y guiado en sus instalaciones. La automatización de todos los sistemas de administración e información, de atención de público, venta de servicios, manejo de archivos en las oficinas etc.
Esta modernización se debe hacer con sistemas computacionales y de equipamiento, de tal manera que cada funcionario va disponer de un terminal conectado a un computador central. Además, el cementerio cuenta con un sistema de incineración y eliminación de desechos orgánicos que estaban llegando a los vertederos, con los consiguientes riesgos sanitarios y de contaminación que podrían producirse.
Se hacen nuevas construcciones de pabellones de nichos para los que solicitan servicio, uno de sus graves problemas es que ya no habrá espacio para recibir difuntos de aquí a unos años más, pero lo importante es valorar la cultura de nuestro pueblo.

EVITE EL PLAGIO, CITAR LA FUENTE:
[1] Publicado EN: CUMBRES I, Revista del Programa de Turismo y Hotelería de la UNSA. Arequipa, Perú Agosto 2002. pp.43-61
[2] Profesor de la Escuela Profesional de Historia de la UNSA.
[3] Gutiérrez, Ramón, Evolución Histórica Urbana de Arequipa 1540-1990, Epígrafe 1992 p92
[4] Bertonio, Ludovico, Vocabulario de la Lengua Aymara 1612, edic. Facimilar MUSEF, La Paz Bolivia, 1984 p23, Segunda Parte.
[5] Gutiérrez, Ramón, Evolución Histórica Urbana de Arequipa 1540-1990, Epígrafe 1992 p124
[6] Tristán Flora, Peregrinaciones de una paria, Edit. UNSA. Arequipa, 1987, p.257
[7] Tristán Flora, Peregrinaciones de una paria, Edit. UNSA. Arequipa, 1987, p.258
[8] León L. Marco A. Sepultura Sagrada, Tumba Profana. Edit. LOM, Santiago 1997 p.128
[9] Carpio Muñoz, Juan G. Arequipa: Música y Pueblo Edit. INC. Arequipa 1984 p.34
[10] Carpio Muñoz, Juan G. Arequipa: Música y Pueblo Edit. INC. Arequipa 1984 p.36-37
[11] Carpio Muñoz, Juan G. Arequipa: Música y Pueblo Edit. INC. Arequipa 1984 p.163-164
[12] Louis-Vincent, Thomas, Antropología de la Muerte” F.C.E. México, 1993 p355
[13] Lamborn Wilson, Peter, EN: “Historia Espectral” Entrevista para video Film Roos y A& E Televisión, USA. 1995
[14] Kardec, Allan, El cielo y el Infierno, Edit. Kier SA. Bs. As. 1970, p.68
[15] Mujica Pinilla, Ramón, Ángeles Apócrifos en la América Virreinal, Edit. FCE. Lima 1996, p.21
[16] Mesa José y Gisbert Teresa, El Retorno de los Ángeles, En: www.bolivian.com/angeles/angarcg.html#menu
[17] David Murray EN: “Ritos Fúnebres” Entrevista para video Film Roos y A& E Televisión, USA. 1996
[18] Clifton D. Bryan, EN: “Ritos Fúnebres” Entrevista para video Film Roos y A& E Televisión, USA. 1996
[19] Louis-Vincent, Thomas, Antropología de la Muerte” F.C.E. México, 1993 p359
[20] Tumba de Ángel Descalzi Cráter, falleció el 2 de febrero de 1940, Nicho Nº57 “pabellón de los condenados” del Cementerio de La Apacheta, Arequipa
[21] Tumba de John Harts Smith falleció el 1 de septiembre de 1927, Nicho Nº43 “pabellón de los condenados” del Cementerio de La Apacheta, Arequipa
[22] Tumba de Alfredo del Carpio M. falleció el 12 de agosto de 1954, Nicho Nº71 Pabellón Laico “pabellón de los condenados” del Cementerio de La Apacheta, Arequipa.
[23] Alvear Corimaya, José, Mónica; Colección Literaria Nº62, Arequipa mayo2000
[24] Tumba de Víctor Apaza Quispe falleció el 17 de setiembre de 1971, Nicho Nº22 “pabellón San Hilarión” del Cementerio de La Apacheta, Arequipa
[25] Ronzelen de Gonzáles, Teresa Van, “Víctor Apaza: La emergencia de un santo” EN: Rev. América Indígena Vol-XLV, Nº4 diciembre 1985 pp.647-668